miércoles, 20 de octubre de 2010

ARTÍCULO: Simplemente...Detalles en el otro Mundo Social

Traemos al blog de la Oración en el Huerto un maravilloso artículo de nuestro querido amigo D. José César Molina Brito sobre la importancia de la cosas sencillas, impronta del quehacer cotidiano del buen cristiano, disfrutar de lo que tiene y darle por ello gracias a Dios todos los días


Alejados del mundo de hipogresias y continuas falsedades existe otro más pausado y lleno de cierta calma, con pequeños detalles que bien puden quedar reflejados en estas lineas que disfrute su lectura.

Un trozo de papel, para dejar impreso en el mismo, un poema de amor transmitido en una declaración amorosa. Una canción escuchada por primera vez en los añorados discos de vinilo, para colocar la aguja del tocadiscos en el preciso lugar para que las notas musicales empiecen a romper el silencio de la noche, cuyo estribillo tararearemos en las madrugadas de verano. Para decir aquello de “cada tarde los veo pasar / no hay dos personas que se quieran mas". Una canción del viejo vinilo, cuyo sonido es emitido por las ondas hercianas de una radio local sin grandes pretensiones de alcanzar altas cotas de audiencias, pero sí con excelentes misterios de leyes de pueblo. Para recordar, a través de la música, probablemente, los mejores años de nuestra vida. Simplemente detalles, en una taza de café, sobre la mesa del escritorio, para saborearla detenidamente y entonces iniciar en ese mismo instante, un hermosos juego e imaginar un viaje por el Mundo a través de la misma. Un viaje para detenernos en Venecia y entre góndolas y canales amorosos, degustar con la mayor lentitud posible, tratando de vencer a lo invencible, es decir, el tiempo, el famoso y mundialmente conocido "capuchino ". Quizás, para trasladarnos hasta Sudamérica y hacer una parada en Colombia, para comprobar, como dice el eslogan publicitario, si ese es el mejor café del mundo. Tal vez, encontrar en esos simples detalles, unas viejas fotografías en blanco y negro o en color, que plasmen instantes de nuestra vida, para recorrer, visionando las mismas, los momentos mas hermosos de nuestro recorrido por el caminar del destino, establecido desde el mismo instante en que nuestros ojos vieron la luz del Mundo. Detalles cotidianos. Mirar nuestra estantería y recoger de la mísma el libro que recibimos como regalo en nuestro cumpleaños para iniciar su relectura y volvernos a introducir, línea a línea, página a página, en una aventura algo mas que literaria y volver a entender entonces, que jugando con las palabras, podemos elaborar con los mismos y hermosos contenidos narrativos, novelescos o articulisticos, que deben de introducirse en lo mas hondo de nuestro corazón. Simplemente detalles, para venirnos a nuestra memoria aquel inolvidable partido de fútbol, protagonizado por nuestro equipo nacional, que tuvimos la ocasión de presenciar en directo, formado parte del público que lleno por completo el estadio, para recordar con agrada emoción, cada acción de juego y cada uno de los goles logrados por el mismo, que le otorgaron de manera contundente la victoria. Y a partir de ahí, proseguir este caminar de simples detalles, que pueden marcar nuestra vida, para revivir en nuestra mente, con cierta sensación de alegría, uno de los más hermosos actos que un hombre puede llegar a vivir , cuando desahoga su impulso amoroso y sus necesidades humanas, con la mujer amada, para dejar en la madrugada, cualquier momento de dulzura y de placer de vida, para procrear a un nuevo ser humano y volver a iniciar con ello, el ciclo de la vida.




Detalles pasajeros o permanentes.

Detalles de enriquecedoras vivencias o de profundidad emocional.

Detalles únicos e irrepetibles.


Detalles de amistad o de amor.

Detalles de misterio iluminado.


Detalles, ¡Señores! .... de plena libertad.




José César Molina Brito

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